(Lo que sigue es un resumen de un manuscrito recientemente aceptado para publicación en la revista Sexuality Research and Social Policy con título Sociodemographic and Psychosexual Characteristics of Students from a Spanish University who Engage in Casual Sex. Los autores del mismo somos Ana Belén Correa, Ángel Castro, Paula Ruiz-Gómez y yo mismo. Ana Belén Correa y Paula Ruiz-Gómez defenderán sus respectivos Trabajos de Fin de Máster este febrero. Ángel Castro ha colaborado anteriormente con Rasgo Latente.
Este post se lo dedicamos a todos los internautas que llegarán a él a través de la búsqueda «sexo sin compromiso universitarios» y quedarán decepcionados al no encajar la divulgación científica en sus expectativas.)
Sexo sin compromiso: Lo que sabemos
Las relaciones sexuales sin compromiso se han convertido en algo habitual en los campus universitarios. Se estima que entre el 60 y el 80% de la población universitaria norteamericana ha tenido algún contacto sexual casual en su vida (Fielder & Carey, 2010a; García, Reiber, Massey, & Merriwether, 2012). Solo durante un semestre, alrededor del 50% de los estudiantes no involucrados en una relación de pareja afirmó haber tenido sexo casual (Olmstead, Pasley, & Fincham, 2013; Owen, Fincham, & Moore, 2011). El tipo de conducta más prevalente en estos contactos son los besos, aunque el sexo vaginal, la masturbación y el sexo oral también son prácticas comunes (Fielder & Carey, 2010b; Olmstead et al., 2013). En lo que respecta al tipo de pareja, estos contactos suelen ocurrir más con amigos o conocidos que con extraños (Grello et al., 2006; Lewis, Granato, Blayney, Lostutter, & Kilmer, 2012). Además cuanta mayor cercanía relacional hay, más íntimo es el contacto (Grello et al., 2006).
Un gran número de estudios han examinado posibles predictores del sexo casual (véase Claxton & van Dulmen, 2013; García et al., 2012). Se ha destacado la relevancia del género y la religiosidad. Con respecto al género, los resultados no son concluyentes, con estudios que apuntan a que los hombres tienen más sexo casual que las mujeres (Bernston, Hoffman, & Luff, 2014; Townsend & Wasserman, 2011), mientras que otros no han encontrado esas diferencias (Fielder & Carey, 2010a; Penke & Asendorpf, 2008). Mayor religiosidad se ha asociado negativamente con el sexo casual, sobre todo con el grado de intimidad alcanzado en esas relaciones (Claxton & van Dulmen, 2013).
La conducta sexual previa también desempeña un importante papel. Tanto haber tenido sexo casual antes de entrar en la universidad como el número de parejas de este tipo han mostrado ser buenos predictores del sexo casual en la etapa universitaria (Olmstead et al., 2013; Owen et al., 2011). Se ha encontrado también que tener sexo casual se relacionaría con la conducta sexual casual en los cinco años siguientes; se trata, pues, de un patrón de conducta estable (Townsend & Wasserman, 2011). Además, quienes tienen sexo casual se iniciaron antes en el sexo (Grello et al., 2006) y tuvieron un mayor número de parejas sexuales en el último año (Grello et al., 2006; Townsend & Wasserman, 2011).
El sexo casual se suele dar en ambientes festivos, lo que lo relaciona con mayores tasas de emisión de conductas sexuales de riesgo (Stinson, 2010). Los porcentajes de uso del preservativo durante las relaciones casuales con penetración vaginal oscilan entre el 46.6% y el 81% de los contactos (Fielder & Carey, 2010b; Lewis et al., 2012), mientras que para el sexo oral no se suele utilizar el preservativo (Fielder & Carey, 2010b). Además, tener relaciones sexuales casuales se asocia al consumo de alcohol y otras drogas (Claxton & van Dulmen, 2013), con índices de hasta un 70% de consumo de alcohol antes de la relación más reciente (Lewis et al., 2012). El consumo de marihuana y otras drogas antes del sexo casual es menos prevalente, pero también destacable (Fielder & Carey, 2010b).
La sociosexualidad, entendida como la orientación hacia las relaciones sexuales sin compromiso (Simpson & Gangestad, 1991), se relaciona con la conducta sexual casual: aquellos que tienen una orientación sociosexual menos restrictiva tienen más contactos sexuales casuales con penetración (Olmstead et al., 2013), además de más parejas casuales en el último año (Townsend & Wasserman, 2011). También se ha observado que la relación entre el sexo casual y el bienestar psicológico cambia según las actitudes hacia la sociosexualidad (Vrangalova & Ong, 2014).
Los correlatos psicológicos del sexo casual no quedan claros en la literatura. Mientras algunos estudios relacionan el sexo casual con una baja autoestima (Paul, McManus, & Hayes, 2000), otros no hallan una relación (Fielder & Carey, 2010a; Owen et al., 2011). En contraposición, Vrangalova y Ong (2014) encontraron que cuando había una alta orientación hacia la sociosexualidad, tener sexo casual se relacionaba con una mayor autoestima. Para el caso de la depresión los resultados tampoco son concluyentes (Grello et al., 2006), mientras se apunta de nuevo al papel mediador de la sociosexualidad, encontrando menor depresión entre quienes tenían sexo casual si había una alta orientación hacia la sociosexualidad (Vrangalova & Ong, 2014). No obstante, se debe señalar que la mayoría de estudios evalúan autoestima y depresión generales, en lugar de relacionadas con la sexualidad. Por último, se ha de destacar que la mayoría de estudios en esta área han esperado encontrar relaciones negativas entre el sexo casual y el bienestar psicológico. Sin embargo, se ha encontrado que tener sexo casual se asociaría más a respuestas inmediatas positivas que negativas (Lewis et al., 2012; Owen et al., 2011).
Lo que estudiamos
Por todo lo anterior, se puede afirmar que el sexo casual es habitual en población universitaria sin pareja y que existe una amplia literatura sobre las posibles variables asociadas a estas relaciones, aunque algunas asociaciones no están claras. El objetivo de este estudio era, por una parte, aportar información sobre quién tiene relaciones sexuales casuales y en qué consisten, así como cuáles son las variables sociodemográficas y psicosexuales relacionadas, prestando especial atención al bienestar psicológico sexual (e.g., autoestima como pareja sexual; insatisfacción con la vida sexual). Por otra parte, debido a que la mayoría de los estudios sobre esta temática se han realizado en Estados Unidos y a la escasez de estudios en otros ámbitos culturales, se desea aportar información sobre cómo es el sexo casual entre los universitarios españoles. Así se podrán comparar los resultados con los obtenidos en otros contextos geográficos y culturales.
Para caracterizar el sexo sin compromiso en población universitaria española diseñamos una batería de cuestionarios a rellenar a través de internet. Del total de respuestas obtenidas analizamos las de 659 estudiantes de la Universidad de Zaragoza. Se emplearon cinco criterios de inclusión: (a) tener entre 18 y 26 años; (b) estar actualmente estudiando en la universidad; (c) no estar en una relación de pareja de doce meses o más, puesto que queríamos valorar sexo sin compromiso al margen de posibles infidelidades sexuales; (d) ser heterosexual, dado que en nuestra muestra completa contábamos con muy pocas personas de otras orientaciones sexuales; y (e) haber respondido a la pregunta sobre si habían tenido o no alguna relación de sexo sin compromiso en los últimos doce meses.
A los participantes en el estudio se les preguntó por:
* Sociodemográficos básicos, como género, edad y religiosidad.
* Historia de vida sexual, como número de parejas sexuales o edad de primera relación.
* Conductas de riesgo, como proporción de relaciones en los últimos tres meses bajo efectos del alcohol o actitud ante el uso de condones en el caso de que haya problemas (p.ej., no tengan protección en el momento de iniciar la relación con penetración).
* Conducta de sexo casual (número de parejas), deseo y actitudes al respecto.
* Bienestar sexual, en las dimensiones de autoestima como pareja, insatisfacción con la vida sexual y preocupación por el sexo.
* En el caso de haber tenido sexo casual, qué conductas han mantenido en esas relaciones (masturbación, sexo oral, vaginal o anal) y con qué tipo de parejas (desconocido, conocido o amigo).
Para valorar las diferencias entre grupos (mujeres y hombres; quienes no han tenido sexo sin compromiso y quienes sí) se empleó la d de Cohen. Se emplearon las referencias habituales: 0.20 como indicador de diferencias pequeñas, 0.50 para diferencias medias, y a partir de 0.80 marcaría diferencías grandes.
Nuestros resultados
El 47.2% de los participantes había tenido en el último año algún contacto sexual casual, sin diferencias relevantes entre hombres (49.3%) y mujeres (46.2%). Como puede verse en la siguiente tabla, la práctica más habitual fue la de sexo vaginal (92.9% de los encuestados) y la menos común el sexo anal (5.1%). Dado que una persona puede haber mantenido más de una relación de sexo sin compromiso, estos porcentajes no indican la proporción de encuentros en los que se dan estas prácticas, sino el porcentaje de personas que han realizado al menos una vez estas prácticas en sus encuentros.
Respecto al tipo de pareja, lo más habitual es haber tenido relaciones con conocidos (55.3%) y lo menos con un extraño (35.0%). Tanto para tipo de conducta como para tipo de pareja, las diferencias entre hombres y mujeres resultaron muy pequeñas.
Total (%) | Mujeres (%) | Hombres (%) | r | ||
---|---|---|---|---|---|
Tipo de conducta | |||||
Masturbación | 56.3 | 54.1 | 60.6 | .06 | |
Sexo oral | 64.3 | 62.3 | 68.3 | .06 | |
Sexo vaginal | 92.9 | 92.3 | 94.2 | .04 | |
Sexo anal | 5.1 | 4.8 | 5.8 | .02 | |
Tipo de pareja | |||||
Extraño | 35.0 | 33.3 | 38.5 | .05 | |
Conocido | 55.3 | 52.7 | 60.6 | .08 | |
Amigo | 46.3 | 49.3 | 40.4 | –.08 |
Nota: Las correlaciones están calculadas con Mujeres = 0 y Hombres = 1 en la variable Sexo y con No = 0 y Sí = 1 en las variables de Tipo.
En la siguiente tabla se muestran las diferencias entre géneros y según si no o si sí se han mantenido relaciones de sexo sin compromiso. Valores de d positivos corresponden a mayores medias para hombres o para quienes sí han tenido sexo casual.
d para género | d para sexo casual | |
---|---|---|
Edad | 0.24 | 0.37 |
Religiosidad | 0.04 | -0.26 |
Edad del primer encuentro sexual | 0.21 | -0.41 |
Parejas sexuales totales | 0.07 | 1.08 |
Frecuencia de masturbación | 1.51 | 0.11 |
Parejas sexuales en los tres últimos meses | -0.06 | 0.96 |
Ratio de uso de condón en los tres últimos meses | -0.14 | -0.07 |
Ratio de relaciones bajo efectos del alcohol en los úlitmos tres meses | -0.06 | 0.33 |
Ratio de relaciones bajo efectos de las drogas en los úlitmos tres meses | -0.01 | 0.3 |
Actitudes hacia el uso del condón en el caso de obstáculos | -0.65 | -0.43 |
Conducta sociosexual | 0.10 | 1.66 |
Actitudes hacia el sexo casual | 0.40 | 0.92 |
Deseo de sexo casual | 0.77 | 0.54 |
Autoestima como pareja sexual | 0.14 | 0.34 |
Insatisfacción sexual | 0.12 | -0.25 |
Preocupación sexual | 0.60 | 0.27 |
Nota: Las asociaciones están calculadas con Mujeres = 0 y Hombres = 1 en la variable Sexo y con No = 0 y Sí = 1 en la variables Sexo Casual.
Diferencias entre géneros
Resumiendo las diferencias, los hombres se masturban con una frecuencia muy superior a las mujeres; presentan una actitud bastante más desfavorable que las mujeres a interruptir una relación en el caso de no tener condones; muestran una mayor preocupación que las mujeres con respecto al sexo y mayor deseo de sexo casual. En conducta las diferencias por género son muy pequeñas: tienen el mismo número de parejas (sean en relaciones sin compromiso o no) y las mismas pautas de sexo de riesgo. Tampoco hay diferencias relevantes en bienestar sexual.
Diferencias según sexo casual
Quienes manifiestan haber tenido sexo sin compromiso son, en promedio, algo mayores en edad que quienes no. (Recordemos que hablamos siempre de personas sin relación de pareja.) El sexo sin compromiso pide dos pasos y ambos llevan tiempo: uno, haberse iniciado en la actividad sexual; dos, manejarse en una actividad de normas poco claras (¿con quién puedes tener relaciones?, ¿cómo iniciarlas?, ¿qué haces con tus amistades si te has acostado con ellas?). Son estas personas, también, algo menos religiosas, aunque el efecto de esta variable no es tan elevado como podía, tal vez, esperarse. Quienes han tenido relaciones sin compromiso debutaron antes en sus relaciones y han tenido más parejas, tanto a lo largo de la vida como en los últimos meses.
Las personas que han mantenido relaciones casuales presentan mayor cantidad de conductas de riesgo, si bien las diferencias son más bien pequeñas: más relaciones bajo el alcohol o drogas y menos disposición a ajustar su relación si no disponen de protección. Como era esperable, el grupo de personas que ha mantenido relaciones sin compromiso manifesta una mejor actitud ante el sexo casual y un mayor deseo de este.
Quienes no mantienen relaciones de sexo sin compromiso se ven a sí mismos como peores parejas sexuales y están ligeramente más insatisfechos y preocupados con su vida sexual. Sin embargo, apenas difieren en su frecuencia masturbatoria.
Conclusiones
El sexo sin compromiso es una práctica sexual cada vez más extendida entre los jóvenes. La mayor parte de la investigación se ha centrado en universitarios de Estados Unidos. Aquí hemos presentado datos donde caracterizamos el sexo casual en universitarios españoles.
En torno a la mitad de las personas sin pareja han tenido al menos una relación de sexo casual en el último año. Esta práctica no difiere entre hombres y mujeres. Si entendemos el sexo como un mercado, si bien los hombres presentan una mayor demanda, la oferta de las mujeres iguala la conducta por géneros.
Quienes mantienen relaciones de sexo casual difieren de forma marcada en el número de parejas, lo cual no puede sorprender a nadie; resulta un resultado casi circular. De forma más interesante, manifiestan una tendencia algo mayor al sexo de riesgo, que en este contexto puede considerarse de doble o triple riesgo: bajo consumo de sustancias, con menor intención de interrumpir la relación si hay problemas con los condones y con menor conocimiento acerca de la pareja.
Quienes tienen relaciones casuales se manifiestan como ligeramente más satisfechos con su vida sexual. Este efecto y su tamaño se pueden explicar, probablemente, porque entre quienes no tienen sexo casual conviven dos grupos diferenciables, pero que hemos unido en nuestros análisis: aquellos que no tienen sexo casual y no lo quieren y quienes no lo tienen pero lo querrían. En cualquier caso, la diferencia no va en la línea de quienes planteaban que el sexo casual podía tener un impacto negativo en el bienestar sexual.
El objetivo del estudio era hacer una primera foto del sexo sin compromiso en España: cuánto, quiénes, cómo son. En futuros trabajos esperamos poder ampliar el encuadre de nuestra foto, valorando motivaciones y otras áreas relacionadas con la sexualidad, y también pasar de foto a vídeo, con estudios longitudinales que nos permitan hilar más fino sobre líneas casuales.
Efrain G. Zenteno Vasquez dice
El sexo casual frecuente hace que los jovenes posiblemente dejen de lado la responsabilidad de modo que si se casan no durara sino brevemente por lo tanto se pierde el sentido de formar una familia y con este hecho va ir desapareciendo el ser humano, tanto es asi que en chile ha bajado la tasa de nacimientos sobre todo con la ideologia de genero, asi esta tasa en Chile es de solo 1,2 % cuando deberia ser minimo de 2, 5%, esa es nuestra realidad.